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Vorágine vital

  • Foto del escritor: Judit Turon Albareda
    Judit Turon Albareda
  • 21 nov 2022
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 23 nov 2022

Hace unos días le contaba a mi terapeuta "Me estoy llenando la agenda de cosas para no pensar demasiado, ¿es grave?"


El comportamiento habitual sería quedarse en casa sin hacer nada y perder la noción del tiempo... ¿o no? ¿Somos muchos los que cuanto más perdidos estamos más cosas hacemos?


Si me imagino un triángulo vital formado por 3 vértices: trabajo, salud y familia. Sin quererlo, cuando uno de estos falla vivo intensamente de los otros dos obviando hasta cierto punto el que está en problemas.


Cuando el trabajo me preocupa, me lleno de planes sociales.

Cuando la familia y amigos no están tan cerca, me lleno de horas en el trabajo.

Cuando la salud no está, no nos engañemos, no hay vértice que lo pueda compensar.


La parte positiva de este tipo de comportamiento es que no reacciono dejándolo todo de lado sino metiendo el doble de esfuerzo y tiempo en otros aspectos.

Doble de deporte;

Doble de viajes;

Doble de cenas fuera;

Doble de compras sin sentido;

Y así la lista es infinita...


La parte menos positiva es que todos estos aspectos quizá no necesitan más de mí, ya van bien, funcionan en equilibrio y este modelo de reacción solo los estresa y los lleva a extremos que terminarán perjudicando alguno de los vértices que os comentaba.


Todo esto me lleva a la pregunta: "¿Cómo conseguir el equilibro entre los 3 vértices?"


La respuesta puede parecer obvia pero me ha costado un rato llegar a ella. El equilibrio recae en buscar una solución sobre aquello que no funciona.

Exprimir los vértices que ya va bien no hará que el vértice que cojea deje de cojear, al contrario. El paso del tiempo aumentará la cojera y la hará más evidente hasta que el resto de vértices ya no la puedan esconder.


Todo esto me lleva a la pregunta: ¿Cómo encontrar la solución a un vértice que cojea?


1. Identifica cuáles son tus vértices vitales principales.


Un total de 3/4 máximo para poder englobar en cada uno múltiples temas.


2. Identifica en qué vértice o vértices quieres mejorar, cambiar o solucionar un problema.


Empieza por uno en concreto, no intentes ponerlos en análisis todos a la vez (sino puede ser un caos más que un ejercicio de orden)


3. Hazte las preguntas adecuadas a ti misma:


¿ Puedo cambiarlo yo sola o tengo alguna dependencia ?;

¿ Este problema me está afectando en mi día a día?;

¿ La solución debe ser a corto plazo o es algo que se deberá solventar en el medio / largo plazo ?

Etc.


4. Brainstorming de soluciones


Haz una lista de posibles cambios que te ayuden a mejorar ese vértice. Acciones por tu parte que podrían ayudarte, gestos por parte de los que te rodean en ese aspecto que necesitarías... Lista como mínimo 10 opciones.


5. Poner orden

Ordénalas de mayor a menor importancia la lista que has trabajado. Esta priorización te ayudará a identificar los siguientes pasos que deberás seguir para empezar, ahora sí, a encontrar el equilibrio.


Spoiler: yo aún estoy en medio de todo este proceso. Si sale bien os lo contaré en algún otro post y felicitaré a mi terapeuta públicamente (win-win situation).



 
 
 

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