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La relación entre la ansiedad y la impaciencia

  • Foto del escritor: Judit Turon Albareda
    Judit Turon Albareda
  • 2 mar 2023
  • 3 Min. de lectura

La semana pasada me dio por releer algunos titulares de los principales periódicos de España durante el periodo post-covid (que bien sienta ya hablar de la post-era y escribir sobre ello). Sin exagerar, el 85% de ellos hablaban de las las consecuencias sobre la salut mental que la pandemia había ocasionado sobre la población. Entre tanta noticia me quedé con un mensaje que daba El País "La epidemia que subyace tras la covid: los casos de depresión y ansiedad crecen más de un 25% en el mundo"


En concreto, me quedé con el concepto "ansiedad". ¿Sufrí ansiedad cuando empezamos a poder salir de casa? ; ¿Era ansiedad o impaciencia por ser "libre"?

A partir de estas dos preguntas, un listado aún más complejo se empezó a desplegar.


¿Es la impaciencia una consecuencia de la ansiedad? O por lo contrario, ¿es la ansiedad la que provoca la impaciencia? ; ¿Son dos aspectos independientes el uno del otro?


Por ello, en esta entrada quiero intentar explicar como nos afecta la ansiedad y cómo diferenciarla de la impaciencia (tomándome la libertad de hablar en una primera persona del plural para proteger mi primera persona del singular seguramente).


¿Cómo nos afecta la ansiedad?


- Empezamos a querer tenerlo todo organizado al milímetro;


- Dejamos de disfrutar de los momentos presentes porque en nuestras cabezas solo pensamos en controlar los momentos futuros;


- Nos cuesta comer bien, incluso cuesta hacer una compra con sentido dentro del supermercado;


- Los pensamientos negativos recurrentes se multiplican. Todo se empieza a ver un poco más oscuro de lo que realmente es;


- En el trabajo nos agobiamos por tonterías, dando importancia a pequeños detalles irrelevantes y cuesta más comunicarse con claridad;


- Terminamos los días agotados, no por un esfuerzo físico sino plenamente mental;


- La impaciencia se multiplicada por 10 (cómo mínimo): en el trabajo, en una cola para pagar, en la carretera...


En resumen: sentimos nerviosismo y tensión por dentro... y se empieza a notar por fuera.


¿Cuál es el principal detonante de la ansiedad?


El miedo a que algo malo me pueda suceder.

El miedo a no estar haciendo lo correcto.

El miedo a no conseguir ser feliz.

El miedo a perder lo que tenemos por querer algo que no sabemos aún si será una versión mejorada.


La ansiedad desencadena, a partir de un detonante al cual le damos una importancia vital relevante, una secuencia de miedos que se van apoderando del día a día y no dejan espacio para respirar y pensar.


¿La impaciencia es un producto de la ansiedad?


Fue a partir de Abril del 2020 que empezamos a poder salir de casa paulatinamente y por zonas en España (¡casi 3 años ya!). Estábamos todos impacientes por dejar de ver las paredes de nuestros parkings y los vecinos del balcón de delante.


Recordemos la cifra que daba El País, los casos de ansiedad y depresión aumentan en un 25% a nivel mundial post pandemia. Una vez salimos a dar paseos, cruzamos municipios y empezamos a viajar, la impaciencia por ser libres debería haber disminuido, pero la realidad es que muchos de nosotros vimos que ciertos síntomas persistían como por ejemplo el estrés, el insomnio, trastornos del apetito... ¿Impaciencia? No lo creo.


Me di cuenta que la impaciencia no era la detonante de estos síntomas, sino que era el producto de algo llamado ansiedad. El nombre no lo puse yo, se lo puso El País y su titular.


¿Es la paciencia una solución para aliviar la ansiedad?


Igual que hemos visto que uno de los síntomas de la ansiedad es la impaciencia, ejercer la paciencia es una de las cosas que nos ayudan a aliviarla. No es un ejercicio fácil, para nada.


Aprender que la ansiedad no es algo que se pueda curar de un día para otro.

Aceptar que haremos una montaña de lo que para cualquiera sería un grano de arena.

Entender que los resultados son a largo plazo y que para ello necesitamos ser paciente.

Hacer el ejercicio de identificar cuándo tu corazón va más rápido de lo habitual y decirte "ten paciencia" .

Son todo paso que ayudan un poquito.


La impaciencia es producto de la ansiedad y la solución que ambas tienen en común es la paciencia, por contradictorio que pueda parecer.









 
 
 

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